El embarazo adolescente en México implica derechos sexuales, reproductivos y humanos. En el presente trabajo se documentan la prevalencia y factores asociados al embarazo adolescente de las mujeres de 20 a 29 años sexualmente iniciadas, según se trate de hablantes de lengua indígena o con pertenencia étnica. Y por su peso en la ocurrencia del fenómeno bajo estudio, también se identifican los elementos vinculados a las uniones tempranas. Utilizando la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid, 2014) se llevó a cabo un análisis estadístico univariado, bivariado y multivariado. Los resultados muestran que existen diferencias significativas en los indicadores de salud reproductiva de las mujeres hablantes de lengua indígena y con pertenencia étnica, lo que se refleja en su comportamiento reproductivo y en sus patrones de nupcialidad.
Teen pregnancy in Mexico involves sexual, reproductive, and human rights. This article documents the prevalence of and factors associated with the teen pregnancies of sexually active women between the ages of 20 and 29 who are indigenous language speakers or belong to an ethnic group. Due to their weight in the phenomenon under study, the authors also identify elements linked to early conjugal unions. Using the 2014 National Survey on the Demographic Dynamic (Enadid), they do a univariate, bivariate, and multivariate statistical analysis. The results show that significant differences exist among the indicators for reproductive health of female indigenous-language speakers who belong to an ethnic group, differences reflected in their reproductive behavior and their marriage rates.
Pese a los diversos avances logrados en la materia en América Latina, los datos recientes para esta región indican que las mujeres jóvenes son más vulnerables a presentar problemas asociados con la violación de sus derechos humanos y de salud sexual y reproductiva entre los que se encuentran el embarazo adolescente y las uniones tempranas, eventos estrechamente relacionados (
A su vez, en Latinoamérica, en general, y en México, en particular, existen colectivos de jóvenes muy heterogéneos en términos demográficos y socioculturales que enfrentan diversas situaciones de desigualdad y vulnerabilidad social que se manifiestan particularmente en la población indígena adolescente y en su comportamiento reproductivo (
Si bien los indígenas en este país no son un grupo homogéneo, en general los diferentes grupos originarios tienden a compartir diversas condiciones estructurales de desigualdad social (
Cabe resaltar que dicha población ha sido protagonista de diferentes procesos de cambio derivados -entre otros factores- por los distintos movimientos de reconocimiento de sus culturas, lenguas e identidades, por los procesos de migración -interna e internacional- y de urbanización en México, y la expansión de la escolarización en sus generaciones más jóvenes, lo que puede estar planteando nuevas expectativas y experiencias de vida (
Respecto de la salud sexual y reproductiva, los estudios recientes han sugerido que a partir de la primera década del siglo XXI, los indicadores relativos en esta población, en general, y en la indígena adolescente, en particular, han experimentado cambios importantes, sobre todo en lo que se refiere al acceso a la información y el uso de la anticoncepción moderna (
Así, la literatura sobre el tema ha señalado un incremento en la ocurrencia de embarazo adolescente a finales de la primera década del presente siglo (
Este trabajo se centra principalmente en el análisis del embarazo adolescente, dado que se asume que esta situación impacta de diferentes maneras las trayectorias de las mujeres que la experimentan, independientemente de que el resultado final sea o no un nacimiento. Reconocen que uno de los desafíos a los que se enfrenta la elaboración de políticas tendentes a garantizar y a cubrir las necesidades de salud sexual y reproductiva entre la población adolescente lo constituye la falta de información relevante y actualizada en la materia, nos lleva a resaltar la imperiosa necesidad de generarla de manera empírica sobre las problemáticas particulares del comportamiento reproductivo de las mujeres indígenas durante la adolescencia.
A partir de los datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (2014), en un primer momento se documenta la prevalencia y los factores asociados al embarazo en la adolescencia de las mujeres de 20 a 29 años sexualmente iniciadas según su condición de habla indígena y pertenencia étnica. Asimismo, debido al peso que le otorga la literatura a este tema a la unión temprana (lo que es particularmente importante cuando se trabaja con población indígena dados sus patrones de nupcialidad) (
Los datos del presente análisis provienen de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (
A su vez, si bien un indicador central para el estudio de la reproducción temprana lo constituye la proporción de mujeres que se embarazaron en la adolescencia, es importante destacar que no es correcto tomar como unidad de análisis a las menores de veinte años. En consecuencia, la población central de este trabajo la constituyen las mujeres de 20 a 29 años sexualmente iniciadas (n = 21,497) y analizamos si se embarazaron (n = 6,915) o no cuando eran adolescentes. Esto con la finalidad de evitar el efecto de truncamiento -ya que no es posible saber si la niña que tenía 15 años al momento de la encuesta, se iba o no a embarazar en el transcurso de su adolescencia- y de incrementar el número de casos a incluir en el estudio. A partir de estas consideraciones, se realizaron exámenes estadísticos univariados, bivariados y multivariados. A partir de los datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (
Por su parte, en los modelos de regresión logística, las variables dependientes identificaron: 1) si existió o no embarazo en la adolescencia, y 2) si existió o no unión temprana. En todos los casos, los modelos fueron controlados por edad la primera relación sexual, por estrato socioeconómico,
Los resultados demuestran la particular vulnerabilidad y rezago de la salud sexual y reproductiva en la población adolescente, que están particularmente acrecentados en la de origen indígena. Con la finalidad de caracterizar a la comunidad de estudio, en el
12.8 31.1 56.1 5.2 94.8 29.6 70.4 44.0 56.0 37.1 62.9 21.8 78.4 79.9 20.1 Fuente: Estimaciones propias a partir de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2014
Muy bajo
Bajo
Medio
Alto
Estrato socioeconómico
21.9
39.4
19.4
19.4
Nivel de escolaridad
Algún año de primaria o menos
Algún año de secundaria
Algún año de preparatoria o más
Hablantes de lengua indígena
Si
No
Pertenencia étnica
Si
No
Condición de actividad
Activa
Inactiva
Situacion conyugal en la adolescencia
Unida
No Unida
Zona de residencia
Rural
Urbana
Ha tenido relaciones sexuales
Si
No
Como el objeto central de este trabajo lo constituye la existencia de embarazo en la adolescencia, a partir de este momento el análisis se focalizará en las jóvenes de 20 a 29 años sexualmente iniciadas.
Así, se observa una heterogeneidad importante entre estas mujeres según los distintos eventos demográficos. Una diferencia relevante es la edad mediana en la que tuvieron su primera relación sexual las hablantes de lengua indígena -17 años-, donde ésta se presenta un año antes que entre las jóvenes con pertenencia étnica y las no hablantes de lengua indígena -18 años-; y un año después en las no hablantes de lengua indígena -19 años- en comparación con todas las demás -18 años-. Finalmente, la edad mediana del primer matrimonio es la misma en las tres categorías analizadas -19 años- (
Fuente:Estimaciones propias a partir de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2014.
Habla lengua indigéna Mediana
Con pertenencia étnica Mediana
No habla lengua indigena Mediana
En la primera relacion sexual
17.0
18.0
18.0
Edad de la primera unión
18.0
18.0
19.0
Edad del primer matrimonio
19.0
19.0
19.0
En
***p=.000 NS=sin significancia estadistica Fuente: Estimaciones propias a partir de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2014.
Porcentajes
Habla una lengua indígena (n=1,202)
Pertenece a una etnia (n=6,749)
No habla lengua indígena (n=20,295)
Significancia estadística
Situación conyugal en la adolescencia
***
Si se unió en la adolescencia
64.9
53.1
45.0
No se unió en l adolescencia
35.1
46.9
55.0
Tuvo primera relación sexual en la adolescencia
Si
76.3
76.6
76.7
No
23.7
23.4
23.3
Uso de métodos anticonceptivos en la primera relación sexual
Si usó
20.2
42.0
51.0
No usó
79.8
58.0
49.0
Principales razones de no protección o uso de anticonceptivos en la primera relación sexual
Quería embarazarse
23.2
24.8
23.1
No conocía los métodos anticonceptivos
45.7
26.5
19.0
No creyó quedar embarazada
10.3
13.3
16.4
No planeaba tener relaciones sexuales
9.9
24.2
32.5
Usó condón masculino en la primera relación sexual
Si
17.0
37.7
46.3
No
83.0
62.3
53.7
Porcentaje de mujeres que se embarazaron en la adolescia
Si se embarazo en la adolescencia
43.2
35.6
31.1
No se embarazo en la adolescencia
30.9
32.6
31.3
Bajo
31.0
42.8
41.7
Medio
5.8
14.3
19.5
Alto
2.6
9.3
18.1
Nivel de escolaridad
Algún año de primaria o menos
44.1
20.4
11.9
Algún año de secundaria
35.6
39.1
34.6
Algún años de preparatoria
20.4
40.5
53.4
Condición de actividad
Activa
27.2
36.9
43.4
inactiva
72.8
63.1
56.6
Zona de residencia
Urbana0
42.8
66.2
80.3
Rural
57.2
33.8
19.7
Cabe destacar que no existen diferencias significativas en los porcentajes relativos a la iniciación sexual en la adolescencia según se trate de mujeres hablantes de lengua indígena o con pertenencia étnica. El inicio sexual y la unión temprana no fueron acompañados de mayor protección en la primera relación sexual, lo que es particularmente cierto en el caso de las jóvenes hablantes de lengua indígena. Por ejemplo, como se aprecia en el cuadro 3, sólo dos de cada diez HLI se protegieron en su primer encuentro sexual. Este porcentaje asciende a 42.0 por ciento entre aquellas que tienen pertenencia étnica no hablantes de lengua indígena.
Conocer las razones por las cuales no se protegieron en la primera relación sexual aporta un panorama más amplio de las condiciones y obstáculos que enfrentan durante este evento. Al respecto, sobresale que poco más de dos de cada diez no usó ninguna protección porque querían embarazarse. Este dato podría sugerir en estas mujeres la existencia de un proyecto de vida vinculado a la maternidad y a la unión tempranas. Pese a esto, es preciso subrayar que entre las hablantes de lengua indígena, el 45.7 por ciento no se protegió en esa ocasión porque no conocía los métodos anticonceptivos, porcentaje que desciende a 26.5 entre las que tienen pertenencia étnica, y a 19.0 por ciento entre las no hablantes de lengua indígena. Esto evidencia, como ya otros estudios han encontrado (
Al mismo tiempo, al analizar el uso del preservativo masculino en la primera relación sexual (único método anticonceptivo que previene un embarazo no deseado e infecciones de transmisión sexual), se observó que únicamente lo utilizaron el 17.0 por ciento de las mujeres hablantes de lengua indígena, el 37.7 de las que tienen pertenencia étnica, y el 46.3 por ciento de las no hablantes de lengua indígena. Estos datos ponen de relieve el particular rezago en materia de salud sexual y reproductiva que impera en esta población en general, pero particularmente entre las hablantes de lengua indígena y en aquellas con pertenencia étnica.
Así, no resulta sorprendente que las estimaciones realizadas con la encuesta sugieran que del total de mujeres a nivel nacional de 20 a 29 años sexualmente iniciadas, poco más de tres de cada diez -35.1 por ciento - declaró haber estado embarazada en la adolescencia (n=6 915). Este porcentaje todavía es significativamente más alto entre las jóvenes hablantes de lengua indígena -48.8 por ciento - y en las que tienen pertenencia étnica alcanza el 39.9 por ciento, mientras que decrece a 35.1 entre las adolescentes no hablantes de lengua indígena (
Al revisar las características sociodemográficas se observa que las mujeres HLI presentan condiciones socioeconómicas menos favorables que las que tienen pertenencia étnica y las no hablantes de lengua indígena. Mientras que el 60.6 por ciento de las HLI pertenecen al estrato muy bajo, sólo el 33.5 de las mujeres con pertenencia étnica, y el 20.7 por ciento de las no hablantes de lengua indígena se encuentran en esa condición. Igualmente, sólo el 20.4 por ciento de las hablantes de lengua indígena han cursado algún año de preparatoria, contra el 40.5 por ciento de las jóvenes con pertenencia étnica, mientras que el 53.4 de las no indígenas ha alcanzado este nivel de estudios (
Adicionalmente, dado el importante peso que tiene el nivel de escolaridad en general y a la asistencia escolar como factores de protección frente a los embarazos y las uniones tempranas (Mier y Terán, 2016;
P=.000 NS= sin significancia estadística Fuente: Estimaciones propias a partir de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2014.
Cuando se embarazó
Habla lengua indígena
Pertenece a una etnia
No habla lengua indígena
Significancia estadística
Antes de la deserción escolar
2.6
6.8
11.0
***
El mismo año que deserto de la escuela
1.3
0.8
1.1
***
Después de la deserción escolar
96.1
92.3
87.9
***
Por el contrario de lo que comúnmente se asume, y como ha sugerido la literatura especializada en el tema, el embarazo en la adolescencia tiende a ocurrir en contextos como el de la población analizada, en forma posterior a la deserción escolar. En las mujeres con pertenencia étnica y en las hablantes de lengua indígena tuvo lugar, respectivamente, en el 92.3 y el 96.1 por ciento después de haber abandonado la escuela, descendiendo a 87.9 por ciento entre las jóvenes no indígenas.
En los
Fuente: Cálculos propios a partir de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2014.
Factores
Razon de momios
Significancia estadistica
Condición de pertenencia étnica
No pertenencia
1
Si pertenencia
1.036
0.462
Condición de habla indígena
No habla lengua indigena
1
Si habla lengua indigena
1.073
0.468
Edad de primera relación sexual (continua)
0.097
0.000
Protección en el inicio sexual
Si protección
1
No protección
2.016
0.000
Estrato socioeconómico
Alto
1
Muy bajo
2.822
0.000
Bajo
2.600
0.000
Medio
1.857
0.000
Nivel de escolaridad
Algún año de preparatoria o mas
1
Algún año de secundaria
2.008
0.000
Algún año de primaria o menos
2.163
0.000
Tipo de localidad
Urbano
1
Rural
1.158
0.005
Constante
24.877
0.000
Fuente: Cálculos propios a partir de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2014.
Factores
Razon de momios
Significancia estadistica
Pertenencia étnica
No pertenencia
1
Si pertenencia
1.12
0.003
Hablante de lengua indígena
No habla lengua indígena
1
Si habla lengua indígena
1.28
0.005
primera relación sexual (continua)
20.99
0.000
Protección en el inicio sexual
Si protección
No protección
1.85
0.000
Estrato socioeconómico
Alto
1
Muy bajo
3.61
0.000
Bajo
3.38
0.000
Medio
2.13
0.000
Nivel de escolaridad
Algún año de preparatoria o mas
1
Algún año de primaria o menos
2.58
0.000
Algún año de secundaria
2.27
Constante
0.012
0.000
Si analizamos los factores que condicionan haberse o no embarazado en la adolescencia (
Respecto de los demás factores, se observa que se reduce de manera muy pronunciada la posibilidad de un embarazo en la medida en que crece la edad de inicio sexual, y se multiplica dos veces la posibilidad de embarazarse en la adolescencia si no usaron un método anticonceptivo en la primera relación sexual. Por otro lado, las condiciones socioeconómicas se relacionan claramente con el embarazo adolescente, pues en la medida en que éstas mejoran se reduce la probabilidad de que ocurra. Resalta que para las jóvenes que pertenecen al estrato social más bajo se multiplica en 2.82 veces la posibilidad de un embarazo adolescente frente a quienes pertenecen al alto. El nivel de escolaridad de la joven también presenta una relación muy estrecha con dicho evento, ya que claramente aumenta la posibilidad de embarazo con menores niveles educativos. Finalmente, residir en una localidad rural aumenta la probabilidad de un embarazo temprano en 15 por ciento si se le compara con la residencia urbana (
Si analizamos los factores que condicionan este evento (cuadro 6), vemos que efectivamente existe una asociación estadísticamente significativa según se trate de mujeres HLI, con pertenencia étnica o no hablantes de lengua indígena.
Adicionalmente, puede observarse que la edad de inicio sexual (incluida como variable continua) tiene una gran influencia en el hecho de que las mujeres se unan o no tempranamente, pues la razón de momios es de 20.99. Por su lado, no haber utilizado ninguna protección (preservativo o anticonceptivo) en la primera relación sexual aumenta en 85 por ciento la posibilidad de una unión temprana.
Paralelamente, en el modelo también destaca el peso de las variables estructurales en la ocurrencia de la unión temprana, ya que en el caso de las mujeres que se encuentran ubicadas en el estrato socioeconómico “muy bajo” se multiplica por 3.61 veces esta posibilidad; 3.38 veces en el estrato “bajo”, y 2.13 veces en el “medio”, si se comparan todas ellas con las que pertenecen al “alto”.
Lo mismo sucede con la escolaridad, ya que a mayor nivel educativo menor es la probabilidad de unirse en la adolescencia; por ejemplo, las mujeres con algún año de primaria o menos tienen 2.58 veces más posibilidad de unirse en la adolescencia que las que cuentan con un año cursado de preparatoria.
Los datos revelan que existe una brecha importante entre los distintos aspectos de la salud sexual y reproductiva de la población hablante de lengua indígena y con pertenencia étnica en comparación con la no HLI. Sin embargo, cabe señalar que los resultados de los modelos de regresión logística sugieren que sí existe una relación estadísticamente significativa entre haberse unido en la adolescencia según la condición de HLI o con la pertenencia étnica, pero no la encontramos entre el embarazo a edad temprana con el hecho de hablar una lengua indígena o con la pertenencia étnica una vez manteniendo constantes las demás variables socioeconómicas y demográficas.
Otro hallazgo relevante, indica que los eventos demográficos -la unión temprana y la edad mediana en la primera relación sexual- son muy diferentes cuando se trata de mujeres hablantes de lengua indígena y con pertenencia étnica. Esto confirma que no siempre la díada unión e inicio de la vida sexual sigue la secuencia típica ni el mismo calendario en la población estudiada. Los resultados muestran que en las mujeres indígenas -hablantes y con pertenencia étnica- la edad mediana de la primera unión es indudablemente más temprana que entre las jóvenes no indígenas. Esto es congruente con la literatura especializada que ha subrayado que son sobre todo aquellas social y económicamente más desfavorecidas, menos escolarizadas y que habitan en regiones mayoritariamente rurales las que más probabilidades tienen de experimentar una unión temprana (
Respecto del análisis central de este artículo, los hallazgos sugieren el importante peso no sólo de hablar una lengua indígena y tener pertenencia étnica sino de contextos marcados por la falta de acceso a información y servicios de salud sexual reproductiva (por ejemplo, métodos anticonceptivos), en los estratos socioeconómicos menos favorecidos (
Igualmente, se plantea la necesidad de problematizar la relación entre la condición de indigenismo con el embarazo y la unión en la adolescencia, ya que los datos arrojan que entre las mujeres más jóvenes (especialmente las hablantes de lengua indígena) cada vez adquiere mayor peso conocer y tener acceso a los métodos anticonceptivos modernos al igual que las condiciones vinculadas con las desigualdades estructurales que se expresan en los contextos donde residen.
Ante este panorama, a diferencia de lo que han señalado otros estudios (
Los resultados también muestran las dificultades que se presentaron al analizar la especificidad étnico-cultural únicamente a través de metodologías cuantitativas, no sólo por el reducido número de casos, sino como sugiere
Estos hallazgos ponen de relieve los desafíos en la instrumentación de los derechos de las mujeres indígenas, en general, y de los relativos a la salud sexual y reproductiva de esta población, en particular. Siguiendo a
Finalmente, y en relación con este último punto, consideramos necesario retomar el planteamiento de
De acuerdo con la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), consideramos como salud sexual y reproductiva al "estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad, la cual no es la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad" e incluye "la salud sexual, cuyo objetivo es el desarrollo de la vida y de las relaciones personales y no meramente el asesoramiento y atención en materia de reproducción y de enfermedades de transmisión sexual" (
Los estratos socioeconómicos del hogar fueron construidos por Carlos Echarri (
Introdujimos al modelo final únicamente las variables que resultaron tener una significancia estadística.
A su vez, las tasas de natalidad entre las adolescentes se incrementan significativamente donde la prevalencia de uniones tempranas es mayor (